Diego Saavedra Fajardo

1584–1648

Biografía

Don Diego Saavedra Fajardo es uno de los políticos y diplomáticos más importantes de la España del Siglo de Oro. Nació en Algezares (Murcia) el 6 de mayo de 1584. Aunque murciano de nacimiento, su familia provenía de un antiguo linaje gallego.

Saavedra inauguró el siglo XVII ingresando en la Universidad de Salamanca, para cursar la carrera de Derecho. Estudia en esta universidad desde 1600 hasta 1606, año en que finaliza sus estudios y se gradúa como bachiller en Cánones y Leyes. Comenzó a trabajar como pasante en la misma ciudad y en poco tiempo obtuvo el título de licenciado.

En 1608 inició su carrera diplomática. En 1610 se convirtió en letrado del cardenal Don Gaspar de Borja y Velasco en Roma. En 1617 consiguió una canonjía en la Metropolitana de Santiago de Compostela, pero nunca llegó a ocuparla, debido precisamente a sus obligaciones diplomáticas. Entre 1616 y 1619 fue Secretario de la Embajada y de Cifra en Roma, mientras el cardenal Borja era el embajador interino. Cuando Borja se convirtió en Virrey de Nápoles, Saavedra le acompañó para desempeñar el cargo de Secretario de Estado y de Guerra. En 1621 participó en el cónclave en el que se eligió Papa a Gregorio XV y en 1623 participó también en la elección de Urbano VIII. Después de esa fecha recorrió Europa en misiones diplomáticas. En 1632 ingresó de nuevo en la embajada de la Corona, en Italia, para trabajar nuevamente con el cardenal Borja.

De ahí en adelante abandonará temporalmente Italia e inicia su periplo centroeuropeo, debido a la Guerra de los Treinta Años. En Munich inicia su etapa germánica como embajador, en la corte del Duque de Baviera. Desde allí desempeñó misiones por todo el territorio europeo: por ejemplo, en Mantua, en los cantones esguízaros (hoy Suiza), en el Franco Condado, etc.

El 13 de septiembre de 1640 fue nombrado embajador plenipotenciario del Rey Felipe IV, por el Círculo de Borgoña, para la Dieta de Ratisbona. En octubre del mismo año obtuvo el grado de Caballero de la Orden de Santiago, y en 1643 adquirió la plaza de Consejero de Indias, cargo para el que había sido nombrado en 1635. El 11 de marzo de 1643 fue nombrado, una vez más, embajador plenipotenciario para negociar la paz de Westfalia en Munster. Sin duda, esta última misión fue la más difícil y lo deprimió profundamente. En 1646 regresa a Madrid y, sin haber conseguido la ansiada paz, se convierte en Introductor de Embajadores. En 1647 ocupó una plaza vacante en el Consejo de la Cámara, órgano perteneciente al Consejo de Indias. Fallece en la villa de Madrid el 24 de agosto de 1648.

Pensamiento y obras

Al margen de su carrera de diplomático, Diego Saavedra Fajardo fue un gran pensador, ensayista y literato. Su obra escrita es amplia y llena de éxitos. En ella el autor expone sus ideas sobre la situación en la que vive la Corona y las tensiones existentes en la política internacional de la época. Además de ello, intenta desarrollar un manual titulado Empresas políticas, con el que pretende educar a los futuros príncipes españoles, para que hagan un buen gobierno.

Saavedra es hijo de su tiempo y eso hace que nuestro hombre sufra una constante transición ideológica, acorde con la época que le toca vivir. En su educación se siente la influencia escolástica y salmantina, que dominaba el mundo académico de la época. En sus viajes, su experiencia, sus vivencias como diplomático por Europa, Saavedra descubrió la fuerza del absolutismo: la capacidad que ese proceso de centralización y concentración del poder tiene para desarrollar políticas a nivel internacional.

Las obras que le ayudan a modelar su pensamiento son muchas, pero podríamos destacar la Biblia, los autores de la antigüedad clásica –Platón, Aristóteles, Séneca, Tácito, Salustio, Tito Livio…–, Santo Tomás –al que con seguridad estudió, pero al que no cita–, ciertos autores españoles como San Isidoro, Alfonso X el Sabio, Morales, Mariana, etc. Es inevitable, además, tomar en cuenta la influencia que los escolásticos salmantinos ejercieron en la visión saavedriana sobre el hombre, Europa y la misma política.

Saavedra fue un gran defensor del orden natural. Probablemente su concepción del adecuado gobierno emanaba de las enseñanzas escolásticas, de las clases que había recibido en sus años de estudiante en Salamanca. De ahí que defendiese una visión moral y espiritual de la política, alejada de la visión maquiavélica. También creía firmemente en la sabiduría y en la vida social emanadas de la costumbre. Consideraba a ésta como “una especie de libertad”[1]. Fruto de este conjunto de ideas políticas, nuestro diplomático creía que el mejor gobierno era el que respetaba las leyes y los fueros del reino, leyes con las que el pueblo limitaba la potestad estatal.

En cuanto a su pensamiento económico, es éste una extensión de su visión política. Saavedra es duro cuando habla de la moneda; apunta que la misma no debe de ser corrompida; defiende una política transparente por parte del Estado. Cree que de hecho esta política representa una especie de seguro frente a las crisis. Considera que el Gobierno tiene un límite en todo lo relativo a la manipulación del valor de la moneda, y estima dicha práctica como contraria al Derecho de Gentes.

Otra idea interesante que relaciona directamente a este autor con la Escuela de Salamanca es el conocimiento de la teoría cuantitativista del dinero. Probablemente don Diego hubiese oído hablar de las clases de Martín de Azpilcueta y tenido noticias de sus reflexiones sobre el dinero. Junto a este paquete de medidas, fue siempre un gran defensor del control presupuestario (Juan de Mariana), de la austeridad del Gobierno y de mantener un bajo nivel de impuestos, para no hacer sufrir a la sociedad. Su frase era “Poda, no corta”.

Obras

1) La república literaria. Según Francisco Javier Díaz de Revenga, el manuscrito más antiguo es del año 1612. Fue publicada como obra póstuma en 1655.

2) En 1631 aparece su Introducción a la política y razón de Estado del rey católico don Fernando, obra dedicada al Conde-Duque de Olivares.

3) En 1640 concluye Empresas políticas.

4) En 1643-1644 Locuras de Europa.

5) En 1645 termina Corona gótica.

 

Bibliografía

1) ALONSO FUEYO, Sabino: Saavedra Fajardo. El hombre y su filosofía, Valencia, Editorial Guerri, 1949.

2) AYALA, Francisco: El pensamiento vivo de Saavedra Fajardo, Barcelona, Península, 2001.

3) DOWLING, John: El pensamiento político-filosófico de Saavedra Fajardo: posturas del siglo XVII ante la decadencia y conservación de las monarquías, Murcia, Sucesores de Noguer, 1957.

4) FERNÁNDEZ TRAVIESO, Carlota, “Una edición de la relación de las cosas de Roma de Saavedra Fajardo”, en Empresas Políticas, año III, número 5, 2º semestre 2004.

5) FRAGA IRIBARNE, Manuel: Don Diego Saavedra Fajardo y la diplomacia de su época, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1998.

6) JOUCLA-RUAU, André: Le tacitisme de Saavedra Fajardo, París, Hispaniques, 1977.

7) LÓPEZ POZA, Sagrario, “Virtudes neoestoicas de las Empresas políticas de Saavedra Fajardo. La influencia de Justo Lipsio, en Empresas Políticas, número 4, año III, 1r. semestre 2004, pp. 139-151.

8) MACHADO, Antonio, “Saavedra Fajardo y la guerra total”, en Empresas Políticas, año III, número 5, 2º semestre 2004, pp. 169-171.

9) MÁRQUEZ, Javier: “El mercantilismo de Saavedra Fajardo” en El Trimestre Económico, vol. X, número 2, México, 1943, pp. 247-286.

10) MÁRQUEZ, Javier: “Saavedra Fajardo. Un político economista” en Cuadernos Americanos, número 6, México, 1942.

11) MARTINOTTI, Héctor Julio, “Saavedra Fajardo y el enfoque austral de la emblemática política”, en Empresas Políticas, año III, número 4, 1º semestre 2004. pp 151-153.

12) MURILLO FERROL, Francisco: Saavedra Fajardo y la Política del Barroco, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1989.

13) OLLERO, Carlos, “Saavedra Fajardo”, en Empresas Políticas, Año II, número 3, 2º semestre 2003. pp. 123- 129.

14) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Edición de Francisco Javier Díez de Revenga): Empresas Políticas, Barcelona, Planeta, 1988.

15) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Edición de Vicente García de Diego): Idea de un príncipe político-cristiano representada en cien empresas, Madrid, Espasa- Calpe, 1969.

16) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Edición de Manuel Fraga Iribarne): Empresas Políticas, Madrid, Anaya, 1972.

17) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Edición de Sagrario López Poza): Empresas Políticas, Madrid, Cátedra, 1999.

18) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Edición de Quintín Aldea Vaquero): España y Europa en el siglo XVII, Madrid, Centro de Estudios Históricos, 1986.

19) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (introducción de José María Alejandro): Locuras de Europa, Salamanca, Anaya, 1965.

20) SAAVEDRA FAJARDO, Diego: Obras de Diego Saavedra Fajardo y del Licenciado Pedro Fernández de Navarrete, Madrid, Ediciones Atlas, 1947.

21) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (recopilación, estudio y notas de Ángel González Palencia): Obras completas, Madrid, Aguilar, 1946.

22) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (edición de José María Díaz Fernández): Relación de las cosas que hay dignas de conocerse de Roma para trata del servicio del Rey de España, Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 2000.

23) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (edición de José Carlos de Torres): República Literaria, Barcelona, Plaza & Janés, 1985.

24) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (introducción, edición y notas John Dowling): República Literaria, Salamanca, Anaya, 1967.

25) SAORÍN MARTÍNEZ, Antonio, “La situación de los estudios saavedrianos”, en Empresas Políticas, año I, número 1, 2º semestre 2002.

26) SEGURA ORTEGA, Manuel: La filosofía jurídica y política en las “Empresas” de Saavedra Fajardo, Madrid, Academia Alfonso X el Sabio, 1984.

27) VALLESPÍN OÑA, Fernando (Editor): Estado y teoría política moderna, Madrid, Alianza, 2002.

Diego Saavedra

Diego Saavedra Fajardo

1584–1648
Diego Saavedra

Biografía

Don Diego Saavedra Fajardo es uno de los políticos y diplomáticos más importantes de la España del Siglo de Oro. Nació en Algezares (Murcia) el 6 de mayo de 1584. Aunque murciano de nacimiento, su familia provenía de un antiguo linaje gallego.

Saavedra inauguró el siglo XVII ingresando en la Universidad de Salamanca, para cursar la carrera de Derecho. Estudia en esta universidad desde 1600 hasta 1606, año en que finaliza sus estudios y se gradúa como bachiller en Cánones y Leyes. Comenzó a trabajar como pasante en la misma ciudad y en poco tiempo obtuvo el título de licenciado.

En 1608 inició su carrera diplomática. En 1610 se convirtió en letrado del cardenal Don Gaspar de Borja y Velasco en Roma. En 1617 consiguió una canonjía en la Metropolitana de Santiago de Compostela, pero nunca llegó a ocuparla, debido precisamente a sus obligaciones diplomáticas. Entre 1616 y 1619 fue Secretario de la Embajada y de Cifra en Roma, mientras el cardenal Borja era el embajador interino. Cuando Borja se convirtió en Virrey de Nápoles, Saavedra le acompañó para desempeñar el cargo de Secretario de Estado y de Guerra. En 1621 participó en el cónclave en el que se eligió Papa a Gregorio XV y en 1623 participó también en la elección de Urbano VIII. Después de esa fecha recorrió Europa en misiones diplomáticas. En 1632 ingresó de nuevo en la embajada de la Corona, en Italia, para trabajar nuevamente con el cardenal Borja.

De ahí en adelante abandonará temporalmente Italia e inicia su periplo centroeuropeo, debido a la Guerra de los Treinta Años. En Munich inicia su etapa germánica como embajador, en la corte del Duque de Baviera. Desde allí desempeñó misiones por todo el territorio europeo: por ejemplo, en Mantua, en los cantones esguízaros (hoy Suiza), en el Franco Condado, etc.

El 13 de septiembre de 1640 fue nombrado embajador plenipotenciario del Rey Felipe IV, por el Círculo de Borgoña, para la Dieta de Ratisbona. En octubre del mismo año obtuvo el grado de Caballero de la Orden de Santiago, y en 1643 adquirió la plaza de Consejero de Indias, cargo para el que había sido nombrado en 1635. El 11 de marzo de 1643 fue nombrado, una vez más, embajador plenipotenciario para negociar la paz de Westfalia en Munster. Sin duda, esta última misión fue la más difícil y lo deprimió profundamente. En 1646 regresa a Madrid y, sin haber conseguido la ansiada paz, se convierte en Introductor de Embajadores. En 1647 ocupó una plaza vacante en el Consejo de la Cámara, órgano perteneciente al Consejo de Indias. Fallece en la villa de Madrid el 24 de agosto de 1648.

Pensamiento y obras

Al margen de su carrera de diplomático, Diego Saavedra Fajardo fue un gran pensador, ensayista y literato. Su obra escrita es amplia y llena de éxitos. En ella el autor expone sus ideas sobre la situación en la que vive la Corona y las tensiones existentes en la política internacional de la época. Además de ello, intenta desarrollar un manual titulado Empresas políticas, con el que pretende educar a los futuros príncipes españoles, para que hagan un buen gobierno.

Saavedra es hijo de su tiempo y eso hace que nuestro hombre sufra una constante transición ideológica, acorde con la época que le toca vivir. En su educación se siente la influencia escolástica y salmantina, que dominaba el mundo académico de la época. En sus viajes, su experiencia, sus vivencias como diplomático por Europa, Saavedra descubrió la fuerza del absolutismo: la capacidad que ese proceso de centralización y concentración del poder tiene para desarrollar políticas a nivel internacional.

Las obras que le ayudan a modelar su pensamiento son muchas, pero podríamos destacar la Biblia, los autores de la antigüedad clásica –Platón, Aristóteles, Séneca, Tácito, Salustio, Tito Livio…–, Santo Tomás –al que con seguridad estudió, pero al que no cita–, ciertos autores españoles como San Isidoro, Alfonso X el Sabio, Morales, Mariana, etc. Es inevitable, además, tomar en cuenta la influencia que los escolásticos salmantinos ejercieron en la visión saavedriana sobre el hombre, Europa y la misma política.

Saavedra fue un gran defensor del orden natural. Probablemente su concepción del adecuado gobierno emanaba de las enseñanzas escolásticas, de las clases que había recibido en sus años de estudiante en Salamanca. De ahí que defendiese una visión moral y espiritual de la política, alejada de la visión maquiavélica. También creía firmemente en la sabiduría y en la vida social emanadas de la costumbre. Consideraba a ésta como “una especie de libertad”[1]. Fruto de este conjunto de ideas políticas, nuestro diplomático creía que el mejor gobierno era el que respetaba las leyes y los fueros del reino, leyes con las que el pueblo limitaba la potestad estatal.

En cuanto a su pensamiento económico, es éste una extensión de su visión política. Saavedra es duro cuando habla de la moneda; apunta que la misma no debe de ser corrompida; defiende una política transparente por parte del Estado. Cree que de hecho esta política representa una especie de seguro frente a las crisis. Considera que el Gobierno tiene un límite en todo lo relativo a la manipulación del valor de la moneda, y estima dicha práctica como contraria al Derecho de Gentes.

Otra idea interesante que relaciona directamente a este autor con la Escuela de Salamanca es el conocimiento de la teoría cuantitativista del dinero. Probablemente don Diego hubiese oído hablar de las clases de Martín de Azpilcueta y tenido noticias de sus reflexiones sobre el dinero. Junto a este paquete de medidas, fue siempre un gran defensor del control presupuestario (Juan de Mariana), de la austeridad del Gobierno y de mantener un bajo nivel de impuestos, para no hacer sufrir a la sociedad. Su frase era “Poda, no corta”.

Obras

1) La república literaria. Según Francisco Javier Díaz de Revenga, el manuscrito más antiguo es del año 1612. Fue publicada como obra póstuma en 1655.

2) En 1631 aparece su Introducción a la política y razón de Estado del rey católico don Fernando, obra dedicada al Conde-Duque de Olivares.

3) En 1640 concluye Empresas políticas.

4) En 1643-1644 Locuras de Europa.

5) En 1645 termina Corona gótica.

 

Bibliografía

1) ALONSO FUEYO, Sabino: Saavedra Fajardo. El hombre y su filosofía, Valencia, Editorial Guerri, 1949.

2) AYALA, Francisco: El pensamiento vivo de Saavedra Fajardo, Barcelona, Península, 2001.

3) DOWLING, John: El pensamiento político-filosófico de Saavedra Fajardo: posturas del siglo XVII ante la decadencia y conservación de las monarquías, Murcia, Sucesores de Noguer, 1957.

4) FERNÁNDEZ TRAVIESO, Carlota, “Una edición de la relación de las cosas de Roma de Saavedra Fajardo”, en Empresas Políticas, año III, número 5, 2º semestre 2004.

5) FRAGA IRIBARNE, Manuel: Don Diego Saavedra Fajardo y la diplomacia de su época, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1998.

6) JOUCLA-RUAU, André: Le tacitisme de Saavedra Fajardo, París, Hispaniques, 1977.

7) LÓPEZ POZA, Sagrario, “Virtudes neoestoicas de las Empresas políticas de Saavedra Fajardo. La influencia de Justo Lipsio, en Empresas Políticas, número 4, año III, 1r. semestre 2004, pp. 139-151.

8) MACHADO, Antonio, “Saavedra Fajardo y la guerra total”, en Empresas Políticas, año III, número 5, 2º semestre 2004, pp. 169-171.

9) MÁRQUEZ, Javier: “El mercantilismo de Saavedra Fajardo” en El Trimestre Económico, vol. X, número 2, México, 1943, pp. 247-286.

10) MÁRQUEZ, Javier: “Saavedra Fajardo. Un político economista” en Cuadernos Americanos, número 6, México, 1942.

11) MARTINOTTI, Héctor Julio, “Saavedra Fajardo y el enfoque austral de la emblemática política”, en Empresas Políticas, año III, número 4, 1º semestre 2004. pp 151-153.

12) MURILLO FERROL, Francisco: Saavedra Fajardo y la Política del Barroco, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1989.

13) OLLERO, Carlos, “Saavedra Fajardo”, en Empresas Políticas, Año II, número 3, 2º semestre 2003. pp. 123- 129.

14) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Edición de Francisco Javier Díez de Revenga): Empresas Políticas, Barcelona, Planeta, 1988.

15) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Edición de Vicente García de Diego): Idea de un príncipe político-cristiano representada en cien empresas, Madrid, Espasa- Calpe, 1969.

16) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Edición de Manuel Fraga Iribarne): Empresas Políticas, Madrid, Anaya, 1972.

17) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Edición de Sagrario López Poza): Empresas Políticas, Madrid, Cátedra, 1999.

18) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (Edición de Quintín Aldea Vaquero): España y Europa en el siglo XVII, Madrid, Centro de Estudios Históricos, 1986.

19) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (introducción de José María Alejandro): Locuras de Europa, Salamanca, Anaya, 1965.

20) SAAVEDRA FAJARDO, Diego: Obras de Diego Saavedra Fajardo y del Licenciado Pedro Fernández de Navarrete, Madrid, Ediciones Atlas, 1947.

21) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (recopilación, estudio y notas de Ángel González Palencia): Obras completas, Madrid, Aguilar, 1946.

22) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (edición de José María Díaz Fernández): Relación de las cosas que hay dignas de conocerse de Roma para trata del servicio del Rey de España, Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 2000.

23) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (edición de José Carlos de Torres): República Literaria, Barcelona, Plaza & Janés, 1985.

24) SAAVEDRA FAJARDO, Diego (introducción, edición y notas John Dowling): República Literaria, Salamanca, Anaya, 1967.

25) SAORÍN MARTÍNEZ, Antonio, “La situación de los estudios saavedrianos”, en Empresas Políticas, año I, número 1, 2º semestre 2002.

26) SEGURA ORTEGA, Manuel: La filosofía jurídica y política en las “Empresas” de Saavedra Fajardo, Madrid, Academia Alfonso X el Sabio, 1984.

27) VALLESPÍN OÑA, Fernando (Editor): Estado y teoría política moderna, Madrid, Alianza, 2002.